En el marco del aniversario 127 de la Policía Nacional de los Colombianos y porque en el Área Metropolitana de Bucaramanga ‘el que la hace la paga’, realizamos 15 allanamientos en los que se
logró la captura de 20 delincuentes.
En este sentido, en coordinación con la Fiscalía, se afectó la organización criminal liderada por “alias Yogui” quien a través de llamadas telefónicas bajo un esquema “call center” coordinaba la entrega de sustancias puerta a puerta, desde una estructura con líderes zonales, expendedores en Piedecuesta, Floridablanca y domiciliarios con capacidad de distribución en el Área Metropolitana.
Esta estructura con un negocio criminal que ha perdurado por cerca de una década, ha venido mutando en sus modalidades de distribución, aspecto que le ha permitido una cobertura territorial de más del 50% del casco urbano del municipio de Piedecuesta, luego de ocupar los espacios dejados a partir de 2 operaciones adelantadas en el mes de agosto (Chapos del sur y La séptima).
Se destaca dentro de sus principales modalidades la simulación del transporte informal, donde el distribuidor previa coordinación recoge al comprador en una dirección específica y durante recorridos que no superan los 300 metros se presenta la transacción
ilegal.
De manera paralela, esta organización actuaba bajo un modelo de “pedidos a domicilio”, el cual podía llegar a recibir cerca de 1.600 llamadas telefónicas diarias las cuales eran atendidas por los líderes
zonales y el cabecilla de la organización, utilizando un vocabulario en clave para solicitar los estupefacientes.
En la organización se observó la presencia de alias “Mile”, compañera sentimental de alias “Yogui”, quien aprovechando sus conocimientos en contabilidad y manejo administrativo, dado que
laboraba legalmente en una empresa, asesoraba de manera directa al cabecilla de la organización sobre las cuentas de la estructura criminal, desde el manejo de sus inventarios, necesidades de estupefacientes y planeación para la compra de sustancias analizando fechas como fines de semana, quincena y diferentes festividades.
De igual manera, en las labores investigativas, se identificó la instrumentalización de menores de edad, los cuales eran utilizados por parte de algunos integrantes de la organización; aspecto que quedó evidenciado cuando una mujer del componente de distribución envió en varias oportunidades a un menor de edad para realizar varias entregas.
En promedio, la organización comercializaba más de 1.200 dosis diarias de estupefacientes (clorhidrato y base de cocaína y marihuana), cifra que desde la economía criminal se aproxima a una ganancia de 720 millones de pesos mensuales.
A los capturados se les imputaron los delitos de concierto para delinquir agravado, tráfico, fabricación y porte de sustancias estupefacientes, aunado a la instrumentalización de menores de edad en algunos de los delincuentes.
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