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3 de abril de 2019

Con operación resplandor desarticulada organización criminal en Bucaramanga


En coordinación con la Fiscalía, la Policía Metropolitana de Bucaramanga, logró la desarticulación de una organización criminal dedicada a la comercialización de estupefacientes, acercándonos a la captura de 30 delincuentes y la aprehensión de un adolescente, liderados por alias “Chinche”, y a quienes se les imputaran los delitos de concierto para delinquir, tráfico y fabricación de estupefacientes e instrumentalización de menores en la comisión de delitos.

Como resultado de la investigación, se adelantaron 36 diligencias de registro y allanamiento en los barrios San Pedro, Antonia Santos, El Sol I y II, Quebrada la Iglesia, Morrorico y Nueva Granada de Bucaramanga, siendo considerados por varios años como zonas de miedo, dado el control territorial que ejercían estos delincuentes a través de la amenaza, coacción y el empleo de armas de fuego como método de intimidación a los habitantes de estos sectores.

Dentro del procedimiento se halló seis armas de fuego, 95 cartuchos de diferentes calibres y estupefacientes como poper y derivados de la cocaína, de igual forma se encontró dinero en efectivo producto de la actividad ilícita de esta organización.

Es así, como se afectaron de manera específica 15 puntos de venta de estupefacientes, los cuales desde la economía criminal dejaban ventas aproximadas a los 500 millones de pesos mensuales, teniendo en cuenta la distribución de 7 mil dosis diarias, que eran comercializadas a través de la modalidad “mano a mano”. Esta actividad desarrollada en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, permitió que una vez recepcionado el dinero producto de la actividad ilícita, se entregara como elemento material probatorio, demostrando así, el compromiso de la institución y sus integrantes, frente a la lucha frontal contra el delito soportado en la estrategia de integridad policial.

Como resultado de la labor investigativa y las actividades de inteligencia, se identificaron diferentes aspectos que permiten demostrar el nivel de actuación criminal alcanzado por esta estructura, considerando los siguientes ejes de comportamiento:

Los delincuentes capturados en esta operación, se caracterizan por ser actores recurrentes en la comisión de delitos, sumando un total de 230 procesos judiciales por su vinculación a comportamientos relacionados con homicidio, hurto, tráfico de estupefacientes, violencia contra servidor público, fuga de presos y lesiones personales.

Esta estructura instrumentalizaba menores de edad, quienes eran reclutados inicialmente con el propósito de cumplir diferentes roles, entre los que se encontraban el transporte de estupefacientes entre los diferentes puntos de venta para posteriormente ejecutar actividades de vigilancia y control zonal, así como la comercialización de los alucinógenos.

Se evidenció la participación de 6 grupos familiares vinculados al ilícito, integrados por “padres, hijos, hermanos, tíos, primos y compañeros sentimentales”, los cuales dinamizaban diferentes actividades de almacenamiento, dosificación y comercialización de estupefacientes, empleando sus viviendas como puntos de acopio, ocultamiento de armas de fuego y el resguardo de integrantes de la organización.

Como estrategia de presión social frente a los habitantes de los barrios circundantes a los puntos de venta, estos delincuentes los intimidaban a través de grafitis en las viviendas, teniendo como objetivo principal evitar las denuncias ante las autoridades, las cuales pusieran en riesgo su actividad criminal.


Con el propósito de mantener la confianza de los integrantes de la organización, se evidenció como alias “El Chinche”, organizaba regularmente fiestas, en donde los incentivaba a través del suministro de bebidas alcohólicas, comida y música, generando un proceso de cohesión al interior de la estructura.

Como elemento particular se observó cómo en los diferentes puntos de venta, se lleva a cabo una estrategia de direccionamiento de compradores, teniendo en cuenta que contantemente rotaban los puntos de venta para desviar la actuación de las patrullas de los cuadrantes. De esta manera los consumidores debían someterse al control y agresión de los denominados orientadores, los cuales inducían a los consumidores a realizar filas a la espera del vendedor.

Un elemento de atención se relaciona con la utilización por parte de la estructura delincuencial de una estrategia dirigida a la realización de asonadas en contra de las patrullas policiales que ejercían actividades de control en sus áreas de influencia, con el objetivo de dificultar las capturas en flagrancia y evitar la pérdida de estupefacientes a partir de su incautación, tratando de utilizar como estrategia convertirse en víctimas de la supuesta extralimitación de la Policía.






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