En medio de la conmemoración de otro aniversario de nuestra Independencia, es bueno refrescar nuestra realidad y permitir visualizar lo que ha ocurrido desde entonces y hasta nuestros días. Si esa independencia tan celebrada con rimbombantes desfiles militares cada año, realmente representa lo que hoy somos y si desde las regiones sentimos con fervor que tenemos una nación como la soñaron nuestros próceres o simplemente todo se quedó en un sueño.
Las 19 guerras civiles que hemos tenido y que marcaron una dinámica que no nos ha permitido tener una identidad nacional, nos han llevado a la consolidación de clanes regionales, esos que otrora representados por antiguos terratenientes, herederos de la colonia y su oprobiosa encomienda.
Esos que lograron desalentar y derrotar a Bolívar, esos que se alzaron con el poder e hicieron de las regiones su pequeña República, esos que amasaron grandes extensiones de tierra y desde allí amalgamaron las mayores riquezas.
Esos que hicieron sacrificar a miles de compatriotas enarbolando banderas que solo pretendieron asegurar sus intereses pero que se las vendían a la gente con pasión tal que sacrificaban sus vidas por ellos.
Algunos, como suele suceder, recogían las migajas que sus verdugos disfrazados de benefactores les otorgaban para compensar una lealtad que astutamente les hacía creer que pertenecían por ello a esas castas. La historia demostró y sigue demostrando que solo fueron y han sido vulgarmente utilizados para sostener su poder.
Doscientos años después las cosas no son muy diferentes.
Las regiones siguen siendo dominadas por clanes familiares, con poderosas organizaciones políticas y empresariales como en el Atlántico, donde la familia Char quita y pone a su antojo alcaldes y gobernador y se han insertado con tal fuerza en las elites nacionales que el 20 de Julio uno de sus congéneres se posesionó en el Senado de la República como su presidente para el próximo periodo legislativo.
¿Cuál es su virtud? Además de ser el congresista con más ausencias a las sesiones programadas o que tenga algunas nociones para el canto. Solo eso, ser hijo heredero del poderoso Fuad Char cabeza del grupo Olímpica. Pero hoy Arturo Char se posesiona como presidente del Senado.
Y qué decir de nuestra región. Donde advenedizos que salieron de las entrañas de la tradicionalidad política unos y de la inocultable connivencia con el narcotráfico y el paramilitarismo otros, son los que, desde hace casi treinta años ya, apretujaron el poder y se constituyeron de la noche a la mañana en poderosos representantes de unos intereses familiares y grupales que nos tienen hoy con el deshonroso primer lugar en el país en corrupción según un informe de la ONG Transparencia Colombia.
Atenazaron la democracia conquistando clientelas al mejor estilo del gamonalismo post colonial, con recursos del erario, repartiendo fajos de billetes que guardaban en las gavetas del escritorio del despacho de la Gobernación de Santander.
Llevan ya veinticuatro años rotándose el poder unos y otros. Pareciera que, como al mejor estilo del frente nacional se pusieran de acuerdo para gobernar alternadamente.
Desde el año 2003 cuando, con el apoyo de las poderosas autodefensas, el coronel Hugo Aguilar se elige como el mandatario de los santandereanos. Conductas que lo llevarían posteriormente a ser juzgado y condenado en los procesos desatados y conocidos como la parapolítica. Luego en el 2007 para tratar de parar esto, nos vendieron la idea de elegir a Horacio Serpa, el más liberal de los liberales, como gobernador ya que la familia Aguilar había candidatizado al locuaz joven Didier Tavera, de quien Serpa refería entre líneas como representante del narcotráfico y del paramilitarismo.
En el 2011 el coronel Aguilar trae desde el consulado de Chile a su hijo Richard, quien creció en el departamento de Sucre, donde se rumora, tiene cosas por aclarar con la justicia. Derrotan contundentemente al candidato de Horacio Serpa, Luis Fernando Cote y de nuevo se alzan con la Gobernación. En el 2015 y ante la ausencia de nuevos liderazgos en el partido liberal, Serpa le hace un exorcismo a Didier Tavera y de ser considerado un mal ciudadano, en un video y con el vibrato que lo caracteriza, se atreve a meter las manos al fuego por su nuevo prohijado. De tal suerte que de ser un alfil de la familia Aguilar, Tavera se convierte en el Gobernador del partido liberal para los próximo cuatro años.
El año pasado en el 2019, libramos una gran batalla electoral, pero como si estuviera ya pronosticado, el turno le correspondió de nuevo a la familia Aguilar. Otro de los hijos del coronel, Mauricio, se elige con una votación ya no tan voluminosa pero que al final lo lleva al palacio amarillo.
El Partido Liberal que no lanzó candidato propio, esta vez fraccionó sus fuerzas en varios candidatos. La línea “serpista” con Leonidas Gómez, la de los senadores Jaime Barrera y Miguel Ángel Pinto, con el clan Aguilar y para remachar, le dieron el aval del partido a manera de cascaron a Ángela Hernández.
Los últimos gobernadores, Richard Aguilar y Didier Tavera, enfrentan sendos procesos penales producto de sus actuaciones que favorecieron sus intereses y garantizaron la corrupción y podrían, según expertos juristas, terminar tras las rejas en los próximos meses. El papá de los Aguilar, el coronel, se encuentra detenido por incumplir lo pactado con la justicia en lo referente a la reparación de las víctimas. Su hijo Mauricio que apenas lleva siete meses como gobernador ya enfrenta investigaciones de la contraloría general de la nación por contratos desarrollados en medio de la pandemia con sobrecostos calculados por la misma contraloría del 233%
La tragedia del Departamento arrastra la herencia republicana, una sociedad, unos ciudadanos que no hemos sido capaces de quitarnos de encima dos fuerzas políticas que como se ve a leguas dominan a su antojo el departamento y se han atrincherado en el Estado enriqueciéndose de manera escandalosa, pero con el silencio y la complicidad de algunos ciudadanos que como otrora aspiran a esas migajas de poder.
Que el 20 de Julio sirva para tomar un nuevo aire, reflexionar sobre nuestro papel como ciudadanos y como sociedad, para concientizarnos del lastre que llevamos y que se ha convertido en una tragedia para la democracia regional y para que pensemos en cómo salir de esta encrucijada, para reconstruir un departamento que como lo he dicho y lo reitero, se puede convertir en el milagro económico del país.
¡De todos depende!!!
EMIRO ARIAS BUENO
Economista
Mg en ciencia política.
@EmiroAriasBueno
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