
En
esta época de crisis de la salud, del aumento del desempleo, de la falta de
oportunidades y del Covid -19, que nos tomó por sorpresa y nos cambió la
vida, recuerdo el 2019 época electoral, candidatos buscaban ser
concejales, alcaldes y gobernadores, en una contienda electoral que duro meses,
llega a mi memoria aquellas épocas en las que comíamos con el candidato que
apoyábamos, cuando saludaba a nuestras familias, jugaba con nuestras mascotas,
ese candidato no era un político, era nuestro amigo, nuestro hermano, aquel al
que le entregamos horas y horas de trabajo de manera gratuita, porque sus ideas
eran innovadoras, nos iba a ayudar, y con el poder combatiría la corrupción, y apoyaría a sus amigos, juntos saldríamos adelante.
Ya casi le
decimos adiós a Agosto y se acerca el primer año de nuestro amigo, nuestro
''hermano'' en el poder, pero de él no volvimos a saber nada, si nos contestó
el teléfono dos veces desde que gano fue mucho, el último recuerdo juntos fue
ese abrazo al final de las elecciones, hoy la mayoría sin trabajo, sin oportunidades, no sabe qué
hacer, y nuestro amigo ''el político'' ni un mercado salió a darle al pueblo
que voto por él, no aprobó ninguna ley para beneficiar al pueblo, pero si
varias leyes para apoyar a sus nuevos ''amigos'' del sector banquero, del
sector empresarial y de las empresas públicas, que en medio del Covid se
sintieron como niños en una fiesta de piñatas.
Y ¿mi amigo el
candidato? al que le regale mi trabajo, mi tiempo y mi voto, parece un fantasma, nadie lo ha visto, nadie lo ha
escuchado, solo se sabe que mensualmente cobra su cheque, mientras el pueblo
que voto por él no tiene posibilidades.
Poco a poco se divisa en el horizonte nuevas elecciones a la presidencia, el congreso y el senado, es el momento de recordar a nuestro ''amigo el candidato'' y no volver a votar por esas personas que le dieron la espalda a su pueblo.
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