Un título que para muchos y muchas puede resultar poco
llamativo, creativo y simple, pero para otros y otras (me incluyo) es un título
que desborda poder, dignidad y reivindicación.
Como bien sabemos, el 13 de marzo, se realizaron las
elecciones legislativas y la oportunidad de votar por alguna de las 3 consultas
presidenciales y en una de ellas, en la del Pacto Histórico, se encontraba Francia
Márquez. Ella, a pesar de la subestimación y el menosprecio constante que recibió
por parte de los medios de comunicación y otros pre candidatos presidenciales,
obtuvo la esperanzadora cifra de 781.000 votos; votos que le alcanzaron para
ser la tercera mayor votación de las tres consultas presidenciales, superando
incluso al ganador de la Coalición Centro Esperanza y sin ser lo anterior
suficiente, le ganó el pulso a políticos repletos de maquinarias como Enrique
Peñalosa, Alex Char, David Barguil, Carlos Amaya y otros que llevan toda su
vida en la política electoral como Jorge Robledo y Juan Manuel Galán. Francia
sólo había estado en una candidatura en la Cámara afro donde sacó 14.000 votos.
Esto quiere decir que tiene poco recorrido en la política electoral, pero posee
luchas y causas sociales y políticas gigantescas a lo largo de su vida.
Nació en el año 1982 en Suárez, Cauca. Es lideresa social y
ambiental, abogada, feminista, defensora de la vida y el territorio. Madre a
tan solo 16 años, trabajó como empleada doméstica, aprendió a cultivar la
tierra, a desarrollar la minería ancestral y ha sido una luchadora incansable
por la defensa de su comunidad y del medio ambiente. Tanto ha sido su trabajo que
ha recibido varios premios que le han dado visibilidad a ella, a su lucha y a
las problemáticas latentes de su territorio; por ejemplo, en el 2015 ganó el
premio nacional por la defensa de los Derechos Humanos; en 2018 recibió el
premio Goldman medioambiental y en el año 2019 el periódico BBC la incluyó
entre las 100 mujeres más influyentes del mundo.
Su lucha no ha sido sencilla, pues en su territorio se
practica la minería ancestral, pero allí llegó una multinacional queriendo
explotar estas tierras para desarrollar la minería a gran escala. Como
consecuencia de oponerse a este proyecto ella y su comunidad fueron centro de
amenazas de muerte y desplazamiento forzoso, sin embargo, a pesar de toda esta
política de muerte y miedo, no se rindieron y lograron que por mandato
constitucional se implementara la consulta previa con los habitantes de los
territorios donde se desarrollaría la explotación minera.
Respecto a su candidatura a la presidencia de Colombia, no
fue un camino sencillo, en un primer momento decidió lanzarse por firmas por el
movimiento Soy Porque Somos, lo malo del asunto es que tenía pocos recursos y
apoyo para lograr más de 600.000 firmas, pero en diciembre como un último
recurso y a último momento, el Polo Democrático, decidió otorgarle el aval para
que presentará su candidatura. El Polo no le hizo un favor a Francia, Francia
le hizo un favor al Polo y a Colombia con esa candidatura tan llena de vida,
dignidad, y esperanza. Francia es una mujer que hablaba (y habla) libremente y
sin miramientos del derecho a decidir de las mujeres, sobre el racismo
estructural, sobre la defensa de los derechos de la comunidad LGBIQ+. No le
importaba que estos temas le quitaran votos, al contrario, pues su objetivo
nunca fue ganar a costas de ocultar sus ideologías ni de decir lo que la gente
aún conservadora de este país quiere ocultar y no escuchar. Como se mencionó al
principio, ella siempre estuvo invisibilizada por los medios de comunicación
que no le brindaban espacios, por las múltiples encuestas que no la incluían en
sus sondeos, por políticos como Carlos Amaya que afirmaban que Francia solo
estaba en la consulta del Pacto Histórico como relleno. Pues bien, al parecer
el relleno era Carlos Amaya en su consulta, porque Márquez lo duplicó en
votación y lo dejó viendo un chispero. Incluso, en las calles se preguntaban
sobre la experiencia, si contaba con ella, ya que nunca había ocupado un cargo
público en alguna administración. ¿acaso los políticos de turno que tienen
“experiencia” han hecho algo por el país? ¿desde cuándo tener experiencia es
sinónimo de ser un buen gobernante?
Claro, Francia no tiene experiencia en robar, no tiene experiencia en
jugadas políticas, no tiene experiencia en estrategia política, pero tiene una amplia
experiencia en la defensa de la vida, en la lucha de los territorios, en el
conocimiento de los problemas sociales y estructurales de la nación, y si esto
no suficiente para poder ocupar el cargo público más importante del país,
apague y vámonos.
Fue una campaña llena de vida, de raíces, de orgullo y de
digna rabia, tuve el honor de asistir a dos encuentros durante sus recorridos
por Bucaramanga, la primera vez fue en noviembre del año pasado, no éramos más
de 20 personas allí reunidas; Luego, el 19 de febrero de este año, el auditorio
de la UIS estaba a reventar, más de 300 personas escuchando a quien sería la
gran sorpresa de estas elecciones. Lo que transmite Francia cada vez que habla
es una cosa increíble, transmite el dolor por el cual ha tenido que pasar ella
y millones de colombianos, transmite la lucha que le otorga dignidad al pueblo,
por supuesto, transmite la esperanza de cambio de un pueblo que toda su vida ha
sido violentado y condenado a condiciones de vida miserables.
Es posible que la vicepresidencia de Gustavo Petro no sea la
segunda votación de la consulta del Pacto, sino que sea una persona del partido
liberal, esto en aras de conseguir más votos y así poder ganar en primera
vuelta o en segunda. Para no decirnos mentiras, el cargo vicepresidencial solo
sirve de adorno y también para conseguir más votos, no tiene una incidencia
real dentro del gobierno nacional ni realiza funciones importantes,
sinceramente desde una perspectiva personal, este cargo debería ser eliminado.
Que espectacular sería ver a Francia como ministra de ambiente o como
gobernadora del Cauca, pues tiene todas las capacidades y aptitudes para
desarrollar estos cargos de la mejor manera, y sería una recolección de los
frutos del esfuerzo colectivo realizado.
Sin duda alguna Francia Márquez fue la gran ganadora de las
consultas presidenciales. Como bien lo dijo Catalina Gil, que una mujer afro
que viene de las periferias del país le haya ganado a ese montón de hombres
blancos, llenos de privilegios y la viva representación del machismo, la
misoginia, el racismo y el clasismo es bien valioso. Además, demuestra las
ansias por un cambio, por una Colombia mejor, demuestra que los colombianos
están cansados de los mismos de siempre, demuestra el digno reconocimiento que
se le hace a esta mujer gracias a su vida y su trayectoria. La gran enseñanza y legado que deja esta
candidata es nunca más una política sin las mujeres, sin los afros, los
indígenas, sin los campesinos, nunca más una política sin los nadie. Hasta que
la dignidad se haga costumbre.
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